lunes, 30 de abril de 2007

Berman - Modernidad. Ayer, Hoy y Mañana (resumen)

La modernidad es un conjunto de experiencias vitales que comparten las mujeres y hombres de todo el mundo. Ser modernos, es encontrarse en un entorno que promete, pero que también amenaza. Esta una unidad paradójica, dialéctica, donde todo tiene su contrario y nada permanece estable. “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. El hombre está arrojado en la “vorágine” moderna, que se alimenta de fuentes, de nuevos procesos sociales.

Descubrimientos ciencias físicas
Industrialización de la producción
Alteraciones demográficas
Crecimiento urbano
Sistemas de comunicación de masas
Estados nacionales más poderosos
Movimientos sociales
Capitalismo


Estos nuevos procesos sociales, originan la experiencia moderna, “la vorágine”, son lo que se denomina la “modernización”. La modernización busca el orden a través de un conjunto de valores, ideales y aspiraciones acerca de la modernidad, que constituyen “el modernismo”: el hombre que es tanto sujeto, como objeto de la modernización, puede cambiar el mundo, alcanzar un orden. La ilusión modernista es no haber podido encontrar ese orden: la dialéctica entre modernización y modernismo.

Para una mejor comprensión, Berman divide la modernidad en tres fases:

1º FASE: inicios siglo XVI hasta finales del siglo XVIII. No hay plena conciencia de la época en que se vive. Hay una voz “arquetípica” pre -revolución francesa: Rousseau.
Utiliza palabra “moderniste” para designar a los hombres que viven el “torbellino social”, una sociedad voluble y cambiante, donde las convicciones son pasajeras. En este ambiente, es donde se origina la sensibilidad moderna. Habla de que la sociedad europea está al borde del abismo, del conflicto: ola revolucionaria.

2º FASE: inicia con la revolución francesa y durante todo el siglo XIX. El hombre tiene plena conciencia de la época revolucionaria en que vive. El desarrollo de la modernización produce contradicciones. Los avances no son capaces de producir estabilidad. Se comienza una crítica a los valores de la modernidad.

En esta fase podemos distinguir dos voces críticas importantes:

a) Marx: Bajo solidez de instituciones existe un “océano” de contradicciones. La vida moderna es contradictoria en su base. La sociedad está “en el abismo”. Nueva potencia industrial, tecnológico-científica, generadora de mayores riquezas produce mayores privaciones para la mayoría de las personas. Sin embargo, cree que el problema radica en las manos en que están las “herramientas” de la modernidad. Hombres nuevos, modernos (nacidos en la modernidad: los obreros) resolverán las contradicciones apropiándose de las herramientas mediante la revolución, cuyo dinamismo nace de los impulsos de la propia burguesía: la constante renovación, el movimiento constante y dialéctico de la historia. La modernidad se vuelve contra su propia fuerza motriz (burguesía.) En el mismo sentido, la sociedad “comunista” que propone Marx, también estaría sujeta a “desvanecerse”.

b) Nietzche: Para él la modernidad también es irónica y dialéctica. El individuo se individualiza, pero a la vez requiere de leyes propias, habilidades para su auto-conservación, auto-liberación. En este sentido, la moralidad moderna se transforma en un nuevo peligro, el sentido de sí mismo se traduce en un instinto de probarlo todo, el sinfín de posibilidades, a la vez gloriosas y peligrosas. Plantea aceptar con alegría peligros de la modernidad. Cree en el advenimiento de un hombre que replanteará los valores con que se enfrentará al mundo->superhombre, nihilismo.

Ambos denuncian a la modernidad en nombre de los valores que ella misma engendró. Son críticos y entusiastas de la modernidad y de sí mismos: las modernidades venideras eliminarán las contradicciones.

Marx -> revolución obrera
Nietzche-> superhombre, nihilismo


3º FASE: Siglo XX. El proceso de modernización se expande, esto mismo genera su disgregación y pierde contacto con las raíces de la propia modernidad, la capacidad de organizar y dar significado a la vida de las personas.
Modernismo a crecido en ciertos aspectos, es el. No sabemos utilizar nuestro modernismo. Se pierde la conexión entre cultura y nuestras vidas. El modernismo se ha desarrollado creativamente, pero el pensamiento acerca de la modernidad parece haberse estancado, ha perdido el carácter dialéctico: crítico y entusiasta a la vez del siglo XIX, que propugnaba la lucha entre sus virtudes y defectos; En el s. XX la visión de la modernidad se polariza rígidamente entre partidarios y detractores. El hombre desaparece como sujeto de la modernidad. “Del esto y aquello; por esto o aquello”.

a) Futuristas: exaltación de las máquinas, modernización. La guerra: higiene del mundo, para crear uno nuevo. El hombre se funde con la tecnología, las máquinas. Barrer con la tradición (esclavitud del hombre) para imponer la “modernidad” (libertad.) No consideran el costo humano que acarrea el progreso.

b) Ética protestante de Weber: Critica a la vida moderna, pero no puede cambiarla. Orden económico es una “jaula de hierro” que determina la vida de los individuos irresistiblemente. Los críticos del s. XIX también creían en esta determinación, pero creían que el hombre podía luchar contra ese destino. Los hombres dejan de ser sujetos. Son seres vacíos, nulos (nace de la imagen de que se ha llegado a un punto de desarrollo inédito). No quieren salir de la jaula, la necesitan.

En el siglo XX muchos pensadores han usurpado la perspectiva neolímpica weberiana, se la ha llevado al extremo, en afanes derechistas-> desprecio de las “masas”. A fines de los años 60, el paradigma predominante del pensamiento crítico es “el hombre unidimensional” de Marcuse, cuya vida está totalmente administrada por el sistema social. Marx y Freud obsoletos (mueren contradicciones) Los hombres modernos no pueden aspirar a cambiar modernidad, no pueden controlar sus vidas. Dos caminos: uno encontrar vanguardia fuera de la modernidad, para cambiarla (los explotados, oprimidos, marginados.) Imposible, pues no se puede pensar que haya personas fuera de modernidad. El otro camino es el que tiene conciencia de esto y que por lo tanto piensa q no hay nada que hacer. Desesperación.

Modernismo de los sesenta: controversia sobre naturaleza del modernismo.

3 tendencias en cuanto a la actitud hacia la vida moderna:

a) Marginada: Modernismo busca el objeto de arte puro y es autorreferido. No tiene relación con la vida social moderna, pues pretende liberar a artistas de su vulgaridad. Libertad condenada a muerte.
b) Negativa: Visión de modernismo como revolución permanente y sin fin contra la totalidad de la vida moderna. Le critica a la modernidad el hecho de que derriba valores sin reconstruir estos mundos destruidos. Omite el gran romance de la construcción, fuerza crucial del modernismo. Propone ante el problema de la modernidad, una sociedad exenta de los problemas, perturbaciones y agitaciones propios de la vida moderna (no hay dialéctica): fantasía neoconservadora de un mundo purificado de la subversión modernista. “Eliminar la serpiente modernista del jardín moderno”.
c) Afirmativa: Coincide con “pop art”. Plantea romper barreras de especialidades para crear artes más ricas. Modernismo puro y de la revolución pura muy estrechos: abrirse a la inmensidad de los materiales e ideas que produce el mundo moderno. Recuperó modernismos del siglo XiX, pero sin su fuerza crítica: no puedo clarificar punto en que la apertura al mundo debe detenerse y el artista moderno debe decir que poderes del mundo deben desaparecer.

Estos modernismos fracasaron, pero generaron un intento de conectar el presente con pasado y futuro, de ayudar a los hombres contemporáneos a sentirse cómodos, a disfrutar del presente. Plantea que en los setentas se pierde esa iniciativa de establecer conexión humana de la modernidad. No es relevante el debate sobre su significado.

Actitud “posmodernista”: se cultiva ignorancia de la vida moderna.

Foucault: Se basó en Weber, en la “jaula de hierro”. El hombre moderno no tiene posibilidad de ser libre. La misma crítica a la modernidad es vacía, puesto que todo está determinado.

Plantea necesidad de volver a poner la vista en los modernismos del s XIX, para explicar nuestra realidad de forma dialéctica y crítica, como un todo. Para retomar el control sobre las contradicciones, para retomar la fe en las modernidades del mañana.